Vinculado al concepto de Social Media se deriva el Social
Business, asociado especialmente a los cambios organizativos y de gestión
necesarios para que la implantación, uso y resultados que se deriven de la introducción
de software y contenidos colaborativos, a menudo con movilidad, sean realmente útiles y
aporten valor y eficiencia, a los clientes, empleados, organización y a su
entorno en conjunto. Con ello entramos a considerar temas de gran potencial e
impacto en resultados, ya que la colaboración puede afectar a la visión estratégica,
la co-creación e innovación colaborativa, el aprendizaje interno compartido, el
cambio organizativo, la coordinación interdepartamental, el sistema de sistema
de calidad ... y por lo tanto la satisfacción de clientes y empleados. Un
amplio abanico con alto impacto potencial en eficiencia y competitividad, y que si no está bien
focalizado puede generar dispersión.
La introducción de acciones con cambios organizativos
orientados al Social Business conllevan identificar claramente para qué, en qué
y cómo colaborar, y -posiblemente lo más importante- identificar y superar las barreras
que dificultan la colaboración, innovación y comunicación en las
organizaciones. La cultura colaborativa o el sistema de gestión (a menudo demasiado
cortoplacista, jerarquizado y con poca orientación sistémica y de conocimiento
causa-efecto) son temas críticos, junto
a las personas y el liderazgo, que difícilmente evolucionarán hacia la colaboración y un
liderazgo distribuido si desde la Dirección no se asume los nuevos propósitos y
formas de pensar, núcleo de una colaboración e innovación eficaz.
En este punto volvemos a los fundamentos que siempre han
sido las claves de la colaboración, y que a menudo la amplitud de recursos tecnológicos,
su inadecuada implantación o una visión errónea o desenfocada de su utilidad y propósito
hacen que importantes esfuerzos no se concreten en resultados y satisfacción
final. La dinámica colaborativa se centra en el dar y recibir. Cuando la gente
solo busca conseguir sus propias condiciones o expectativas, o controlar a los
demás para que se las aporten, entonces en vez de aportar crear las condiciones adecuadas
para el desarrollo del conjunto y generar reciprocidad para con las aportaciones
recibidas, allí empiezan los problemas, allí se frena la dinámica colaborativa
y pueden empezar dificultades relacionales -digitales y/o presenciales- y por
lo tanto afectar notablemente el potencial del Social Business, por muchos
recursos, gestión y software que se apliquen. Crear esta dinámica colaborativa y
enfocarla hacia objetivos útiles que generen resultados para la organización es
dónde se centra mi esfuerzo profesional de los últimos seis años.
Sin embargo... también puede ser importante recordar que según Deming -referente internacional en management y calidad- el 95% de los problemas de una organización tienen su causa en el sistema y solo un 5%
en las personas.
Nota: para aquellos interesados en Deming este mes de
julio conjuntamente con Deming Collaboration y Vanguard Consulting LTD damos un
curso en CECOT sobre Innovación en gestión directiva, colaboración y eficiencia.
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Jordi Martí
Jordi Martí
ALTRIUM-business
collaboration
www.altrium.net